La costa central de Asturias guarda secretos que se descubren a pie, y uno de los más agradecidos es la Ruta de los Miradores de Muros de Nalón. Este sendero costero, de algo más de 9 kilómetros entre la ida y la vuelta, enlaza la Playa de Aguilar con San Esteban de Pravia, regalando al caminante un itinerario fácil, bien señalizado y, sobre todo, cargado de panorámicas sobrecogedoras del Cantábrico.

El camino serpentea entre acantilados y eucaliptales, abriéndose cada poco en miradores desde los que observar la fuerza del mar y la serenidad del paisaje. El punto más alto y emblemático es el mirador del Espíritu Santo, donde se alza una pequeña ermita blanca, sencilla y serena, que parece vigilante del litoral desde hace siglos. Las vistas desde allí —abarcando buena parte de la rasa costera y los tejados de San Esteban— son de las que se graban en la memoria.

El recorrido completo puede hacerse cómodamente en unas tres horas, incluyendo paradas para disfrutar del paisaje. No requiere una gran preparación física, pero conviene llevar calzado adecuado y tener en cuenta que hay algunos tramos con escaleras y desniveles, especialmente al inicio y al final.

Para quienes empiezan la ruta desde la Playa de Aguilar, La Vida Es Bella es una parada obligada antes de iniciar el paseo o al terminarlo. Su terraza, abierta sobre la playa, ofrece cafés, raciones y helados con el rumor del mar de fondo. Al otro extremo, en San Esteban, espera el restaurante Puertochico, un clásico de la zona donde reponer fuerzas con mariscos, pescados del día o un buen arroz con bugre, mientras las barcas del puerto van y vienen sin prisa.

La Ruta de los Miradores es una experiencia completa: un paseo accesible, una lección de paisaje, una pausa de esas que reconcilian con el tiempo lento. Es, en definitiva, una de las mejores maneras de saborear el alma natural y marinera de Asturias sin alejarse demasiado de lo cotidiano.